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José del Carmen Domínguez Nárez, con poco más de seis meses al frente de la subsecretaría de Transportes del gobierno del estado, no sabía, o "le valía", que las asambleas extraordinarias de las uniones de transportistas del municipio del Centro se videograban, para luego entregarle a cada uno de los dirigentes una copia de la grabación, con la que podían hacer lo que quisieran. (Así lo explicaría Israel Trujillo al auditorio de un programa de radio de Villahermosa, quien también comentaría que a esas reuniones acudían socios de diversa afiliación política).
Domínguez Nárez, quien en procesos electorales anteriores fuera representante del PRI ante el IEPCT, a sabiendas (sin saberlo), de que lo que dijera sería parte de la grabación de rutina que se hace en ese tipo de reuniones, demandó a los transportistas no portar propaganda electoral que no fuera del PRI, bajo advertencia de que procedería a parar hasta por cinco días a las unidades de quienes no atendieran su llamado, a cobrarles multas y aún a no renovarles sus concesiones. En pocas palabras: el subsecretario de Transportes se fue de "lengua".
Poco más de un mes de esto, cuando inclusive ya hasta Domínguez Nárez se había olvidado del asunto, la grabación –que ni siquiera fue con cámara escondida, como otras-- estaba siendo difundida por Carmen Aristegui en su programa de radio y luego por otras radiodifusoras y por la televisión nacional. Se volvía una bomba mediática aquello, que no tardaba en llegar a oídos del gobernador Andrade, que sin ningún trámite ni la menor demora ordenaba su cese fulminante, mientras que él se hacía el perdedizo para tantos reporteros que buscaban entrevistarlo.
José del Carmen Domínguez Nárez, cesado inmediatamente por un gobernador que en el acto se deslindaba de los hechos y de nuevo exhortaba a sus funcionarios a mantenerse al margen del proceso electoral, no tenía tiempo de intentar la más mínima defensa de su caso, ni siquiera arguyendo que se había editado el video, que esa no era su voz –por tratarse de una imitación de los "Mascabrothers" que la noche anterior estuvieran en un teatro de Villahermosa-- o que fue "chamaqueado". No le quedó más que apechugar.
No obstante esto no es una mera anécdota de un funcionario público que "mete la pata" y que por ello es cesado y hasta podría ser procesado penalmente. Va mucho más allá, más todavía porque lo hecho por él no es un acto aislado –aunque ningún otro haya sido tan evidente como éste--, sino una prueba contundente de cómo servidores públicos de alto rango operan durante el desarrollo de los procesos electorales tabasqueños, valiéndose impunemente del cargo.
El de Domínguez Nárez no es el único caso de un funcionario público que actúa de tal manera en Tabasco. Otros, muchos secretarios del ramo entre éstos, como es del conocimiento social, usan su influencia, su poder y los dineros del gobierno para favorecer a candidatos del grupo gobernante, y lo hacen, en no pocas veces, hasta sin recato y ante los ojos de los ciudadanos, conscientes de que para ellos no habrá cese ni sanción penal, sino premio en la siguiente administración.
Por Francisco Peralta Burelo
Villahermosa, Tabasco
TABASCO HOY
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